miércoles, marzo 17, 2010

Cartitas

¿Se acuerdan de mi acosadora? Sip, esa: la niña aquella que se me pegaba como molusco y me interrogaba, la que me dio una cartita diciéndome que yo le gustaba.

Pues resulta que ya le contesté su cartita hace como 2 semanas.
Recordarán que ella me dio su carta en diciembre y como ya estaban acabando clases pues no la volví a ver en la escuela, y aunque me dejó su teléfono por 'si le quería decir algo' no quise llamarle, ni decirle nada (además ni preguntó nada), había que contestarle de la misma manera.
Y fiel a esa reciprocidad pasó diciembre, pasó enero, pasó febrero y justo cuando ya andaba llegando marzo la vi. Cambié varias materias lo que, supongo, evitó que me encontrara antes, pero nomas' supo localizarme empezó a atocigarme con su presencia. La siguiente semana a la ocasión que nos vimos me esperó afuera de una clase; esperó dos horas hasta que llegaron los 15 minutos de descanso que nos da la maestra y me siguió. Debí haber corrido.

Me preguntó algunas tonterías, me preguntó mi horario completo y ya hasta el final me preguntó que si había leído la carta. "Sí la leí, luego te la contesto. Con carta. Luego que te vea.", insistí en que debía contestar una carta con otra carta. Siguió interrogando y preguntó que si me había enojado el día que me dio la carta, porque como que eso le había parecido. "Naaa", contesté, obviamente mintiendo y me libré de ella porque ya tenía que entrar a mi clase.

Llegó un viernes y la niña esta cayó a mitad de una de mis clases, justo cuando la maestra estaba explicando. La clase es siempre muy libre, cualquiera puede entrar; de hecho, después de la explicación de 10 minutos, tuvimos el resto de la clase para trabajar solos así que no había forma de correrla. Se pegó y quiso hacer conversación, yo la traté de ignorar a intervalos: primero yendo a revisar mi tarea, luego salí a comprar algo a la papelería (corrí para que no me siguiera).
Después de eso no tuve ningún pretexto para salir del salón y ella prosiguió su molesta plática-interrogatorio en la que traté, debido al hastío, ser lo más apático posible. Tal vez lo notó, tal vez se cansó pero después de media hora preguntó por la respuesta a su carta. "Pues te dije que la próxima semana." y me aferré a que le daría la carta allá en la otra clase donde a la salida la encontré.

Y llegó aquel día, un martes, y yo andaba hasta el copete de tarea, me desvelé, dormí 3 horas y ya iba yo tardísimo a la escuela. En tal situación lo que menos me importaba era contestarle su carta, pero tenía que hacerlo por un mínimo de cortesía.

Mi idea original para contestarle era decirle que a mí me gustaban los hombres y bla bla bla... y eso le hubiera contestado si me hubiera dicho las cosas frente a frente. Sin embargo, por la forma en que me estuvo siguiendo y molestando (y luego su cursilería de la carta) me empezó a caer mal. Entonces, ¿Para qué sincerarme con alguien que me cae mal?¿Para qué le digo algo tan importante para mí si ni siquiera es mi amiga? Y es que solo la trataba en clase, era solo una compañera y de las lejanas. Además, el chisme hubiera llegado a oídos de sus amigas tan rápido como yo se lo dijera y yo no tenía ningún interés en que ellas lo supieran.

Debido a esto, le contesté la carta con alguna cosa inventada. Corté un pedacito de papel y mientras iba en el camión escribí algo mas o menos así:

Pues es que no sé que decirte. La verdad que una carta no se me hace la mejor forma de tratar estos temas, pero tú empezaste y te la tengo que contestar.
Pero bueno, te contesto sobre lo que supongo que quieres saber: yo ya tengo alguien a quien querer. Entonces pues no procede nada.
Así que mejor la dejamos así de cuates ¿no?


Algo así fue. No son las palabras exactas pero así de ojete sonaba. La verdad que la sola perspectiva de verla a ella y entregarle esto me fastidiaba y no tuve paciencia para ser más amable.

Llegué tardísimo a la escuela y aunque no pretendía encontrarla, la vi y entonces debía darle la carta. Se la dí. Preguntó que si la podía leer ahora mismo, le dije que como ella gustara, insistió en que yo le dijera si debía leerla ahora, volví a decir que como se le antojara y volvió a fastidiar con que yo le indicara si debía leerla...



Me fastidió por última vez. Como me imaginé que la cosa iba a seguir así un buen rato, me despedí y me fui.

Supongo que la leyó. Supongo que entendió. Ahora solo me saluda desde lejos.

Creo que ya no me va a estar buscando y, aunque me pesa en la conciencia que mi respuesta tal vez fue poco amable, aparte de ser mentira, confieso que me siento aliviado al pensar que ya no me va a estar atocigando.

Y fin. Escucho sus opiniones sobre mi crueldad. :P


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Rogá para q la minita arrie la bandera del enamoramiento... y se retire después de tu carta... xq sino arria su bandera de enamorada... y llega a redoblar esfuerzos... creo q te puede llegar a ser la vida imposible... para eso no hay nada mejor q decir la verdad... y aún así no sé si se llamará a 'retiro' y no haga como mi Agus... q sabiendo q soy gay... y conociendo perfectamente con los pibitos gays con los q me relaciono... de tanto en tanto... alimenta esperanzas de q yo vuelva a ser 'normal'... y para eso me pide relaciones sexuales... q obviamente le doy para evitar males mayores... en fin... así es la locura de la vida actual... suerte en tus devaneos...!!! jaaaaaa... chauuuuuuuu...!!!

DomingoAnarquista dijo...

esta bien, si no te gusta no te gusta, y ante todo si te molesta menos, ni para amiga así que no te sientas mal

angellika dijo...

asi es me pasa muy amenudo y estoy con vos aun que uno siempre trata de no lastimar a la gente diciendocelo o insinuandole una forna correcta y dulce pero el lio es q ellos no entienden hasta q tomes medidas extrema chau :)